Esta actividad la realizamos hace un par de veranos, con tablas, planchas de madera, unas esquineras de metal y unos cuantos tornillos. La madera la pedimos en el punto limpio de nuestra ciudad, la tarde fue entretenida y amena porque teníamos mucha ilusión de tener algún módulo utilizable, y el trabajo dio sus merecidos frutos.
El final de los módulos fue trágico, no había un lugar seguro para guardarlos y como estaban a la intemperie y con su uso acabaron mal.